Sin duda alguna la humanidad actualmente vive inmersa en el materialismo, tanto así, que la iglesia en general, como cuerpo de cristo, se ve envuelta en una serie de actitudes y acciones que están lejos de el camino que deberíamos llevar. Hoy por hoy los predicadores evitan hablar de temas tan importantes para el adecuado crecimiento del hijo de Dios, provocando con ello lo que a diario vemos por donde sea que fijemos la mirada, esto es, personas con una santidad ambigua, a medias. Si bien es cierto que cada persona es responsable de su vida delante de Dios, también no se puede dejar de lado la responsabilidad de los guías de cada congregación, dado que es muy necesario que, como buenos colaboradores, alimenten a los bebes espirituales que somos todos nosotros, de no hacerlo exponen al cristiano a enfrentar un mundo lleno de tentaciones, pruebas, sin dejar de mencionar que nos enfrentamos a una humanidad que ha preferido ignorar la realidad espiritual, provocando con esto que se nos pregunte como podemos creer en un Dios de milagros si no lo podemos ver tangiblemente ya que ellos tienen la mentalidad griega de creer sólo en lo que pueden tocar o ver, o incluso medir y explicar por medio de la ciencia.
Se ha preciado tanto lo material en los sermones, que el cristiano siempre piensa en las "costumbres" del mundo entendiendo con esto, que no es lo mejor ocuparnos de preparar una vida aquí en este mundo, deberíamos prepararnos para vivir en el mundo venidero, ya que al asimilar ésta verdad tan grande, cambiaría nuestro horizonte radicalmente.
martes, 8 de enero de 2013
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